
Sinopsis oficial
Una novela electrizante ambientada en el mundo de Cyberpunk 2077, uno de los videojuegos más vendidos en los últimos años.
En la resplandeciente Night City, un heterogéneo grupo de extraños acaba de perpetrar un atraco: han asaltado un convoy que transportaba un misterioso contenedor perteneciente a Militech. Lo único que el grupo tiene en común es que cada uno de sus miembros accedió a participar en el crimen bajo chantaje, y ninguno sabe hasta dónde llega el alcance de su misterioso empleador, o el propósito del artefacto que robaron.
Esta pandilla recién formada, compuesta por un veterano, un agente durmiente de Militech, un netrunner aficionado, un negociador corporativo, un matasanos y un fan de la tecnología, debe aprender a superar sus diferencias y trabajar juntos para evitar que sus secretos sean desvelados antes de llevar a cabo su próximo y peligroso golpe.
Apreciación personal
Introducción
Tal vez la culpa ha sido mía, porque todo acerca de este libro siembra dudas. Es la primera vez que leo a Rafał Kosik, autor que, por lo que se puede encontrar en internet, es tan respetado como laureado en su país, Polonia. Se dedica novelas para adolescentes. No quise prejuzgar, hay quienes dan lo mejor de sí cuando salen de su zona de confort y No hay coincidencias se presentaba como una oportunidad para que lo hiciese. Para mí quedó a medio camino. Me pregunté si la traducción no contribuiría a esa sensación de estar leyendo algo sin sustancia, pero no encontré fallos importantes. No parece un asunto semántico.
Por si no me doy a entender, el libro me ha dejado gusto a muy poco. Ahora me toca explicarte el por qué.
Antes tengo que sacarme una espina. Me molesta, mientras escribo la reseña, leer la palabra “electrizante” en la sinopsis oficial. El libro no tiene nada de electrizante. Nos dicen una mentira antes de presentar lo más importante sobre él: que está ambientado en Cyberpunk 2077.
Un poco de contexto
Pero, ¿qué es Cyberpunk 2077? Es probable que si te planteas leer No hay coincidencia, ya lo sepas pero repasemos. Es un videojuego de rol distópico ambientado en un futuro casi inmediato en el que la sociedad alcanzó un nivel tecnológico impresionante, pero que para ello ha pagado un costo social altísimo. La historia principal, las subtramas, los comics y este libro se desarrollan en Night City, una megaurbe californiana saturada de luces de neón, pantallas gigantes y violencia sistematizada.
A grandes rasgos, las tres características principales de este mundo son:
- Transhumanismo. Modificarse el cuerpo es moneda corriente. Casi todos, incluso aquellos más desfavorecidos por el sistema, tienen alguna mejora instalada. Chips que incrementan los sentidos, prótesis cibernéticas que reemplazan los limitados miembros humanos, órganos blindados, brazos con filo o cables. Prácticamente pueden cambiar todo siempre que no toquen el cerebro y la médula espinal.
- Corporativismo. La discusión sobre el rumbo económico en algún punto dejó de estar en discusión, las corporaciones son omnipresentes, abarcan cada aspecto de la cotidianidad. El Estado es solo un marco en el que esas corporaciones actúan y gobiernan. La policía sirve solo a los intereses privados, y actúa en los casos que las corporaciones abandonan. Los ricos viven en rascacielos de lujo, y las clases bajas en casas precarias o edificios enormes con apartamentos minúsculos.
- Criminalidad. Prácticamente no hay persona ajena a una corporación que no forme parte de alguna banda criminal o por lo menos, que no esté “bajo su cuidado”. Como la única forma de ganarse un nombre, de ser alguien, es cometer un delito lo suficientemente importante como para llamar la atención de una empresa, quienes tienen la valentía suficiente prueban su suerte como edgerunners, mercenarios que trabajan para las corporaciones, para la mafia o para fixers.
Reseña
Comprenderás que el mundo de Cyberpunk 2077 es el escenario perfecto para reflexionar sobre temas tales como el precio de la ambición humana individual y social, la identidad en la era digital, la delgada línea entre lo humano y lo artificial, el desarrollo desmedido de un sistema que solo beneficia y fortalece a unas pocas corporaciones transnacionales. Y entenderás mi problema con el libro. Es que no toma ninguna de estas ideas, o de otras igual de interesantes. No.
Kosik portió de la idea de presentar un variopinto grupo de edgerunners en su primer trabajo en conjunto, elegidos solamente por ser ajenos al bajomundo, es decir, por tener el historial limpio. Todo comienza con el equipo en un vehículo blindado, huyendo con un contenedor de Militech, una de las corporaciones más importantes del mundo.
El primer miembro del equipo es Zor, un treintañero retirado del ejército de Estados Unidos tras la muerte de su esposa e hijo en un evento que le dejó trastorno de estrés postraumático. La segunda es Aya, una bailarina exótica cuyas modificaciones corporales son de alto nivel, por lo que nadie las nota a simple vista. Tercero está Ron, un matasanos, es decir un médico que se dedica exclusivamente a las modificaciones corporales. Cuarta está Milena, una corpo -trabaja en una Corporación- ninfómana, ¿por qué lo menciono? Es lo mismo que me pregunté cuando lo escribió Kosik. Quinto está Borg, el chivo expiatorio que necesita el autor para poner en marcha lo que él considera que es la trama. Por último, Albert, el netrunner que los asiste desde su computadora. Un adolescente que no sabes si tiene alexitimia o si solamente es un infeliz narcicista, pero pasa todo el tiempo sufriendo la existencia de su madre sin aportar en el día a día.
No tardaremos en reconocer cómo se comportará cada personaje, aunque sí lo haremos si queremos saber cuál es la motivación real de cada uno. El autor optó por escribir unos pocos párrafos como testigo omnisciente de cada uno, con un espacio entre cada bloque como única anticipación de que dejaremos de seguir a uno para seguir al otro. Así es, estaremos todo el tiempo cambiando el punto de vista. No es confuso si mantienes un mínimo de atención ya que se nota lo acostumbrado que está Kosik a escribir historias para el público adolescente. Es fácil ver a dónde quiere llegar cada vez que cuenta algo.
Ninguno de los personajes del grupo despierta interés. El fixer que los reunió, Warden, tampoco lo hace. Nunca sabemos a ciencia cierta a qué se dedica. Y el jefe de él, Zed, no aparecerá hasta después de la mitad pero no aportará respuestas. A este coro de arquetipos se le suman Liam, un detective que se autopercibe como el único de la fuerza policial con interés en encontrar verdades, y una compañera nueva cuyo nombre nunca se menciona porque tanto el autor como el buen Liam se refieren a ella como la novata.
¿Te diste cuenta? Ningún personaje tiene apellido. Ni siquiera eso nos da el autor, llegas a preguntarte si no lo obligaron a escribir el libro. Quiero creer, por su bien, que la suma que le ofrecieron fue demasiado cuantiosa como para rechazarla. Sino, no me explico cómo hizo las cosas con tan pocas ganas. No hay un hilo conductor claro. Simplemente es leer cómo de un momento a otro, los edgerunners tendrám que arreglárselas para sobrevivir. Los encuentros y reencuentros no generan un efecto en el lector, las escenas de acción con potencial peligro no logran mantener en vilo. Un poco da igual lo que pueda pasar, cosa que me parece terrible. No logré conectar con ninguno. El salto constante entre escenas tampoco ayuda a paliar la situación.
Llegué al 69,7% del libro arrastrando desde el primer tercio la idea de abandonarlo. No me gusta dejar lecturas, y en parte, ese es el problema de que no leo tanto como me gustaría. Libros como No hay coincidencias son oportunidades para dar el primer paso hacia ese objetivo. Dejar de forzar la lectura de historias que no lo merecen. La trama podría estar ambientada perfectamente en la actualidad, aunque por el momento los gobiernos siguen teniendo algo de libertad de acción. Con todo eso de las elipsis constantes, Kosik se ahorra estar detallando el escenario, y nuestro cerebro completa los detalles con lo que le es cotidiano.
Además de los momentos en los que el matasanos opera ayudado por su maquinaria asistente, o en los que el netrunner mete su conciencia en la red, no tenemos presente el hecho de que estamos leyendo sobre un futuro distópico. Con todo esto dicho, quienes disfrutaron del videojuego no encontrarán referencias a los mismos. Este libro no logra expandir el mundo de Cyberpunk 2077, al contrario, lo despoja de aquellas cuestiones tan bien plasmadas en el videojuego como la crítica al corporativismo (el último estadio del capitalismo), las reflexiones filosóficas sobre el alma, la conciencia y los límites humanos, o la advertencia sobre el desarrollo de las inteligencias artificiales y otras tecnologías sin control.
Valoración final
2.5/5